Después del
duro ajuste presupuestario en educación, el gobierno Cospedal amenaza ahora la
sanidad pública castellanomanchega anunciando un primer recorte de 111 millones
de euros, pendientes de concretar los 400 millones enunciados en el plan de garantías
de los servicios sociales. Al mismo tiempo, Cospedal se opone a cobrar en la
región el nuevo impuesto de patrimonio. Ayer afirmaba en Guadalajara que la
propuesta se sustenta únicamente en la demagogia socialista y que no piensa
aplicarlo mientras gobierne. Con esta postura, lo que hace realmente es
protegerse a sí misma puesto que ella es una de las que se verá obligada a
pagar el impuesto.
Así, la
estrategia de deterioro del sistema público educativo va camino de repetirse en
el caso del sistema público sanitario. El consejero de Sanidad, José Ignacio
Echániz, preguntado el pasado miércoles en Guadalajara sobre si los recortes de
personal alcanzarían también a los profesionales de la Sanidad, decía que “se iba a revisar la situación de aquellas
personas que no tienen consolidado su puesto de trabajo”, o sea, que sí. Echaniz
parece estar dispuesto a aplicar en Castilla La Mancha lo que ya hizo en la
comunidad de Madrid, en la que también fue consejero de sanidad: dejar caer la
sanidad pública en beneficio de la privada.
En las filas
del PSOE se interpretan las palabras de Echaniz como una declaración de
intenciones y advierten de que llegaran más despidos: “lo podemos asegurar porque a esas declaraciones del consejero hay que
sumarle el dato que recoge el Plan de Garantías de los Servicios Básicos de
Cospedal de ahorrar más de 110 millones de euros del capítulo de personal en
los Presupuestos de la consejería de Sanidad”. Otro dato a considerar es
que el citado plan prevé recaudar 400 millones con la venta de edificios
sanitarios para después alquilarlos con opción a compra a empresas privadas. ¿Qué
hospitales se van a vender? ¿Qué centros de salud se van a vender? ¿Quién los
va a comprar? ¿Cuánto dinero vamos a pagar por alquilarlos?, son las preguntas que
rondan mi cabeza.
Es lamentable
que, nada más llegar al Gobierno, Cospedal haya empezado a convertir la sanidad
pública regional en un negocio de unos pocos a costa de la calidad del servicio
que se le presta al resto de los ciudadanos y que la respuesta social se haya
limitado a críticas aisladas de sindicatos y movimiento 15M y a la denuncia en
sede parlamentaria por el grupo socialista.
Si no hay una
respuesta contundente nos vamos a encontrar con la sanidad pública desmantelada
o reducida a su mínima expresión. Con centros de salud cerrados por falta de
rentabilidad económica, con ambulatorios comarcales cerrados en periodos
vacacionales, con programas sectoriales cancelados y reorientados hacia la
oferta privada, con ampliación de los plazos de las listas de espera y/o desvío
a comunidades vecinas.
Castilla La
Mancha es una de las comunidades más envejecidas y con mayor número de núcleos
rurales. Es poco atractiva económicamente para la sanidad privada y verá
progresivamente disminuida su oferta de servicios sanitarios públicos y la
calidad asistencial de los que ahora se prestan. El futuro de nuestra sanidad
está seriamente amenazado por nubes de tormenta, de nosotros depende abrir el
paraguas o mojarnos impasibles con el chaparrón.
Creo que ahora muchos de sus votantes estaran contentos con tantos recortes, volveran ha llenar las arcas del estado sin invertir en nada, y seguiremos hechando la culpa a los mismos de siempre, que han gastado y se han endeudado por el bien de todos.
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