martes, 8 de noviembre de 2011

EL DIA A DIA DEL MILITANTE: EL DEBATE


Me senté ante el televisor con la esperanza de recuperar el ánimo. Venía un poco tocado de la asamblea de la agrupación. Allí se masca la derrota y casi se tiene asumido que Almunia saldrá vencedor en el duelo de perdedores. Ni un gramo de tensión en la arengas a las bases para que Puertollano no pierda estas elecciones. Será la mayor tragedia que nos ha tocado vivir, que la derecha supere en votos, por primera vez en la historia, a la izquierda y que esa mancha nos toque a nosotros, a quienes hicimos incomoda la muerte de la dictadura y ejemplar la transición a la democracia. ¡Qué injusta es la vida!
En tal situación, solo Mariano podría echarnos un capote y lo hizo. Fue tan generoso que ni siquiera se presentó al debate. Allí, frente a Alfredo, había un busto parlante leyendo unos folios, con una mano detrás que le movía los labios para simular que hablaba. ¡Qué detalle de generosidad con España! Ni se mojó en las soluciones requeridas para los momentos duros de la crisis, ni se moja en las propuestas que sitúen al país fuera de ella. Tengo, eso sí,  algunas dudas sobre la legitimidad de que un ventrílocuo sea protagonista principal del debate, pero son las normas y si la academia de la Tv las acepta, nosotros, simples mortales, no podemos ser menos.
Alfredo tuvo enfrente a Pedro Arriola disfrazado de marioneta de Rajoy. Por eso nadie respondía a sus preguntas, porque se las hacia a un muñeco y el ventrílocuo no podía responder para que no se descubriera el pastel. Al final se descubrió en los aproximadamente 10 minutos que balbuceó Rajoy, era improvisar y se palpaba la diferencia. Cuando Rajoy leía los folios escritos por Arriola parecía alguien con criterio, cuando se transmutaba en sí mismo aparecía el político indolente y poco trabajador que, por desconocer, desconoce incluso su propio programa electoral. Al final, en los posados, se volvió a comprobar que hubo truco. El Mariano que posó junto a los ilustrados académicos de la tele era más bajito que el sentado frente a Alfredo en el plató frio y desangelado del debate.
Pese a todo, si yo hubiera sido Alfredo habría adoptado otra estrategia. Si Pedro Arriola no responde a mis preguntas me dirijo a los electores y les planteo lo siguiente:
“Es cierto que vivimos la peor crisis de la era moderna y que nuestra parte de culpa es haber intentado negarla primero, disimularla después y darla por acabada antes de tiempo. Pero nosotros no somos responsables de su origen, que está en el modelo económico y político que representa la derecha española. Por eso, sus soluciones no son otra cosa que gasolina para el fuego: más crisis para profundizar las diferencias entre españoles, más crisis para incrementar los beneficios de los bancos, más crisis para recortar los derechos de los trabajadores…
¿Qué proponemos los socialistas para salir de la crisis?
Primero, entender definitivamente qué esta crisis tiene su origen en la ambición y la especulación de los mercados y por tanto la solución debe partir de una exigente regulación de los mismos, y que esta regulación debe tener ámbitos supranacionales por lo que es imprescindible coincidir con Europa en las soluciones. Europa vive un cambio progresivo hacia gobiernos de izquierda y España no puede quedar aislada de esa tendencia.
Segundo, abordar los problemas específicos nacionales y aportar soluciones. Es preciso pinchar completamente la burbuja inmobiliaria para que no vuelva a coger aire y reorientar a las constructoras hacia la reforma, la obra pública y la gran infraestructura nacional e internacional. Es preciso implantar un sistema de reparto del empleo siguiendo el modelo alemán y holandés (uno de cada tres empleos es a tiempo parcial). Es necesario replantearse la reforma laboral y consensuar con los agentes sociales un modelo de relaciones laborales equilibrado y flexible en el que cobre fuerza la figura del mediador.
Tercero, apostar definitivamente por la sostenibilidad y las energías renovables como motor de nuestra economía. Para ello pondremos fecha al cierre de las centrales nucleares y un calendario riguroso al crecimiento de las fuentes renovables, con incentivos y con inversión en tecnologías locales. También renovaremos ampliamente el parque móvil y el modelo de transporte en España, con compromisos claros de sustitución de combustibles fósiles por coches eléctricos, biocombustibles y pilas de hidrógeno. El ferrocarril recuperará también el protagonismo de antaño en el transporte de mercancías.
Cuarto, garantizar y reforzar el papel público en los servicios básicos esenciales estableciendo impuestos especiales para la actividad privada en los sectores públicos: sanidad, educación, dependencia…
Quinto, ultimar el proceso territorial integrando y equilibrando las reformas estatutarias, suprimiendo administraciones innecesarias (diputaciones) y reforzando las administraciones locales (mancomunidades) en su relación con los ciudadanos. Reformaremos además aspectos claves de nuestra constitución con el objetivo de mejorar y reforzar los instrumentos de participación y control democrático.
Sexto, lograr la igualdad real entre mujeres y hombres y consolidar los derechos democráticos de las minorías.
Séptimo, culminar con éxito el proceso de PAZ sin ceder a ningún tipo de presión, considerando por igual a todas las víctimas, y tendiendo la mano a quienes contribuyan activamente por la normalización.
Octavo, reformular el papel y el tamaño de nuestro ejército, apostando por un modelo más operativo tecnológicamente e integrado con nuestros aliados occidentales.
Noveno, asumir que el principal problema de nuestro país no es tanto de gasto como de ingresos y aplicar por ello una fiscalidad progresiva y solidaria en la que primen los impuestos directos sobre los indirectos, una decidida lucha contra el fraude fiscal y una fiscalidad especial para las grandes fortunas y las operaciones en bolsa.
Decimo, dotar al Estado de capacidad financiera y de hacer fluir el crédito con la creación de un banco público. Partiremos para ello de las cajas y bancos saneados con capital público y lo reforzaremos con aquellos que no superen los test de solvencia.
Estas son las propuestas que yo he querido debatir con Mariano Rajoy, pero ni el, por estar ausente, ni Pedro Arriola, porque no estaba en su guión, han querido debatir…

1 comentario:

  1. TOTALMENTE DE ACUERDO CONTIGOO PLUMAROJA,NADA QUE AÑADIR QUE TU NO HAYAS DICHO.ME PARECIO POBRE EL DEBATE,EMPEZANDO POR SU PUESTA EN ESCENA,FALTABA GENTE DE LA CALLE,PREGUNTAS QUE LA GENTE DE A PIE QUE QUEREMOS HACER POR EJEMPLO UN TELEFONO ABIERTO AL PUBLICO

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