sábado, 21 de enero de 2012

Castilla La Mancha se moviliza contra el almacén de residuos nucleares


Marcel Felíx de San Andrés || Periodista.
La instalación del Almacén Temporal Centralizado de Residuos Nucleares (ATC) en Villar de Cañas se presenta menos tranquila de lo que presumían en el Ministerio de Industria y en el Gobierno de Castilla La Mancha. Y es que aún están frescas en la memoria colectiva las alegaciones que el gobierno de José María Barreda había presentado contra la decisión del pequeño municipio conquense.
nuclearesnoAMAC ha encargado a sus servicios jurídicos que recurran el acuerdo del Consejo de Ministros. ©Santi Ochoa
A esas alegaciones se agarran los opositores al ATC para argumentar que la región ha sido ya suficientemente generosa y solidaria en materia nuclear. Además, hasta hace pocos meses, la apuesta en materia de energía era por las fuentes renovables, de las que se proponían obtener el 100% de la energía consumida en el horizonte de 2020. Al actual gobierno regional se le recuerda que el 1 de febrero de 2011 se aprobaba, en el pleno celebrado por las cortes regionales, rechazar la instalación de un ATC en cualquiera de las cinco provincias castellanomanchegas. Tampoco se olvida el acuerdo del Congreso de los Diputados que instaba al gobierno central a asegurar el máximo consenso social, territorial e institucional antes de tomar una decisión sobre la ubicación del almacén nuclear.
Entre las alegaciones en materia de ordenación urbanística figuraba que el planeamiento municipal vigente en Villar de Cañas no es apto para acoger en su término un ATC, por lo que sería obligatoria su revisión mediante un proceso complejo que requiere la participación de la administración autonómica y de los ciudadanos cuyos intereses pudieran verse afectados. También se alegaba que la instalación del ATC en Villar de Cañas podría tener consecuencias negativas sobre los recursos hídricos y, en concreto, sobre el río Záncara que atraviesa los afloramientos cretácicos de la Sierra de Altamira para entrar en la llanura manchega y, por tanto, en el Acuífero 23 y en el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel. A ello se suma también que el cementerio nuclear podría afectar a especies de flora y fauna, con algún tipo de protección, radicadas en la zona.
En cuanto a las alegaciones referidas al patrimonio, las plataformas contrarias a la instalación del ATC apuntan que a tan sólo una veintena de kilómetros de Villar de Cañas se encuentra el Parque Arqueológico de Segóbriga y en los municipios colindantes están catalogados hasta catorce Bienes de Interés Cultural entre conjuntos históricos, monumentos y zonas arqueológicas. Recuerdan además la importancia que el Gobierno de Castilla-La Mancha ha otorgado hasta ahora al sector turístico y señalan que Cuenca es una de las provincias más visitadas. De hecho, en las inmediaciones de Villar de Cañas se contabilizan hasta 34 alojamientos turísticos, ocho restaurantes y una oficina de turismo en menos de tres kilómetros. El ATC también podría afectar negativamente al sector agroalimentario regional y muy especialmente a las denominaciones de origen Queso Manchego y Azafrán de la Mancha, además de las indicaciones geográficas protegidas del Cordero Manchego, Ajo Morado y Cebolla de la Mancha.
Las “novias” del ATC
Con argumentos bien distintos, la Asociación de Municipios en Áreas con Centrales Nucleares (AMAC) ha encargado a sus servicios jurídicos que recurran el acuerdo del Consejo de Ministros para instalar el Almacén Temporal Centralizado en Villar de Cañas. Consideran que la decisión de Industria ha sido precipitada, poco madura y tomada sin tener en cuenta el consenso social o razones técnicas sobre la idoneidad del emplazamiento. Para AMAC, la elección de Villar de Cañas es más cara y menos eficaz que la aportada por otras candidaturas con experiencia en instalaciones nucleares. También desmienten el principal argumento del nuevo ministro de Industria, Energía y Turismo y le recuerdan que España lleva más de 20 años sin enviar residuos nucleares a Francia para su tratamiento. José Manuel Soria defendía la urgencia de la decisión basándose en la importante factura que pagábamos al país vecino por el tratamiento de nuestros residuos nucleares: 60.000€ diarios.
AMAC considera que la decisión de Industria ha sido precipitada, poco madura y tomada sin tener en cuenta el consenso social o razones técnicas sobre la idoneidad del emplazamiento
AMAC recuerda que ha asumido un rol activo en la decisión de acoger el ATC para ayudar a resolver el problema existente del almacenamiento de los residuos radiactivos de alta actividad, pero también porque acordaron colaborar con el Estado siempre que se comprometiera a solucionar los numerosos asuntos pendientes que los municipios nucleares plantearon ya al Gobierno en 2006: Planes de Emergencia Nuclear, desarrollo económico alternativo en las zonas nucleares y políticas reales de transparencia. En su opinión, el Estado no ha cumplido con la asociación ya que los planes de emergencia siguen sin estar totalmente operativos y las zonas nucleares continúan dependiendo exclusivamente de la energía nuclear, al no haberse aplicado ninguna política de desarrollo económico alternativo. La zona nuclear de José Cabrera, con la central cerrada, no ha recibido ningún apoyo de las administraciones con vistas al futuro y la zona de Garoña ha visto cómo un “gran plan de desarrollo” de 900 millones de euros ha dado como resultado, en dos años, la creación de 6 puestos de trabajo.
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La relación entre el cáncer y la energía nuclear parece probada desde hace tiempo. Central nuclear de Trillo, Guadalajara. ©Alejandro Piñeiro
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Según Ecologistas en Acción, la decisión del Consejo de Ministros podría quedar sin efecto al ser contraria a los criterios técnicos
Una decisión contraria a la ley
Según Ecologistas en Acción, la decisión del Consejo de Ministros podría quedar sin efecto al ser contraria a los criterios técnicos. Utilizando el baremo del informe emitido por la Comisión Interministerial creada al efecto, Villar de Cañas se sitúa en cuarta posición, detrás de Zarra, Ascó y Yebra, que obtuvieron más puntuación. Para los ecologistas la decisión de Industria obedece a una maniobra meramente política y se ha tomado por las presiones del lobby nuclear que tenía prisa para emplazarlo cuanto antes, favoreciendo con ello sus intenciones de prolongar la vida útil de las centrales nucleares.
Desde el principio, el procedimiento contempla numerosos incumplimientos de la legislación ambiental, es poco transparente y democráticamente deficitario. En concreto, se incumple el artículo 6 del Convenio sobre el Acceso a la Información, la participación del público en la toma de decisiones y el acceso a la justicia en materia de medio ambiente, firmado en Aarhus (Dinamarca) el 25 de junio de 1998, ya que la ciudadanía y las organizaciones sociales no han tenido, en ningún momento, acceso al proyecto de almacén nuclear.
Greenpeace, una de las organizaciones más activas contra el cementerio nuclear, interpuso a principios de enero un recurso contencioso-administrativo sobre el procedimiento de adjudicación. El tribunal solicitó en su momento el proyecto del ATC al Ministerio de Industria, pero no obtuvo respuesta. No existe documentación alguna relativa a dicho proyecto; así lo pone de manifiesto, mediante providencia, la sección cuarta de la Audiencia Nacional.
Además, el Pleno donde se tomó la decisión de solicitar el ATC se hizo en secreto, a las 8 de la mañana, y sin ningún tipo de comunicación a los vecinos. Previamente y desde septiembre de 2009, antes incluso de que se publicara la convocatoria -que es del 29 de diciembre de 2009-, se estuvo tramando con total secretismo y de forma absolutamente antidemocrática, como reconoce el alcalde José María Sainz: “desde el mes de septiembre, que salió esto en el boletín, lo llevamos maquinando los concejales en el Ayuntamiento”.
Riesgos de las instalaciones nucleares
El accidente de Fukushima ha reabierto el debate sobre la energía nuclear y niega con los hechos la inocuidad de las instalaciones nucleares. Uno de los riesgos graves del almacenamiento de residuos radiactivos en seco y a altas temperaturas (400º C), tal y como está previsto en Villar de Cañas, es que la integridad de las varillas de combustible gastado no está garantizada y existe un alto riesgo de rotura, con la consiguiente salida de material radiactivo a los cilindros de almacenamiento. Otros incidentes podrían deberse a sabotajes, atentados, conflictos bélicos, etc.
La relación entre el cáncer y la energía nuclear parece probada desde hace tiempo. Nadie lo discute tras el accidente de Chernóbil. Para el ATC de Villar de Cañas se podrían aplicar los datos del Ministerio de Asuntos Sociales del estado federado alemán de la Baja Sajonia, en el norte del país, que ha registrado un aumento exponencial de los casos de cáncer entre los habitantes de las localidades cercanas al depósito de residuos nucleares de Asse.
Las alegaciones presentadas en su día por el anterior gobierno regional ponían de manifiesto el riesgo por movimientos sísmicos. Por ello los expertos defienden la necesidad de realizar previamente un estudio sísmico concreto de la zona en la que se quiere ubicar la infraestructura; cosa que no se ha hecho en Villar de Cañas según un investigador del Instituto Geológico y Minero de España. Los últimos movimientos sísmicos en el entorno de Villar de Cañas han sido los siguientes: 16/01/2008 Los Hinojosos con 3’2 de intensidad, 30/01/2009 en Monreal del Llano con 2’4 de intensidad, 27/01/2011 Belmonte con 3’1 de intensidad y de nuevo en Monreal del Llano el día de navidad (25/12/2011) con 2’3 grados de intensidad.
Publicado en Crónica Popular

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