lunes, 20 de febrero de 2012

Julia Manzanal, la “comisario chico” del Quinto Regimiento "in memoriam"

Crónica Popular.
Madrileña de nacimiento y cigarrera de profesión, a punto de cumplir 97 años (18-febrero-1915) ha fallecido Julia Manzanal, histórica del partido Comunista de España más conocida durante la guerra civil como la “comisario Chico” del legendario Quinto Regimiento.
manzanalbn©Archivo Histórico PCE
En 2001 se presentaba en Madrid el libro de Justo Calcerrada Bravo y Antonio Ortiz Mateos Julia Manzanal “Comisario Chico”, editado por la Fundación para la Memoria Domingo Malagón. Una obra  que incluye el error de dar como fecha de la muerte de Julia un día del año 2007.
En el resumen de la vida de esta luchadora, los autores cuentan que a los tres años comenzó a ir a la escuela y a los once a trabajar. Cigarrera de profesión llegó a tener un taller con 24 oficialas hasta su ingreso en el PCE, “precisamente el 18 de julio de 1936, el mismo día que el ejército se levantó contra la República –contaba ella en el documental Memoria Viva, realizado en 2001-Aquel día me iba a la sierra con unos cuantos compañeros comunistas; yo estaba muy cerca de ellos y les acompañaba en muchos de sus actos, aunque no estaba afiliada. Cuando llegó la noticia del alzamiento de los militares dejamos los morrales en mi casa y nos dirigimos a la sede del PCE, en la calle O’Donell. Me apunté, me dieron un mosquetón sin carga y me pusieron a pasear delante la puerta del local vestida con unos pantalones, una camiseta y una gorrilla; hacía mucho calor… les dije que me habían disfrazado de Miguelito y por la tarde, una vez que hube aprendido a manejar el fusil y el mosquetón, me nombraron instructora… La milicias eran un desbarajuste, por eso el PCE creó un poco más adelante el Quinto Regimiento, al que me incorporé. Allí había un camarada que me quería mucho, el comisario Girón, y él fue quien me puso lo de “comisario chico”…
En una edición especial  del dominical del diario El Mundo, titulado Aquel 1º de abril: el día que ganamos, el día que perdimos, se cuenta que aquel día de 1939 Julia Manzanal se encontraba en el Paseo del Cisne número 7, tenía 24 años y faltaba una semana para que naciera su hija; recordaba todos los detalles del momento, incluidos el abrigo y el sombrero que llevaba. La habían denunciado sus vecinos  -práctica más que habitual durante los tres años de la guerra y varios de la posguerra- y estaba allí para declarar antes de que la detuvieran. En el rellano Julia se cruzó con quienes la habían denunciado: “Los conocía, claro, eran mis vecinos del piso de abajo, los vecinos de siempre…“.
2.663 personas
Entre 1939 y 1944, según se cuenta en el libroConsejo de Guerra, de Mirta Núñez y Antonio Rojas, murieron en Madrid, contra las tapias del cementerio del Este, 2.663 personas. Otras 750.000 fueron encarceladas en España sólo en el primer año de posguerra.
Resistente hasta el final
La acusaron de tener una emisora de radio clandestina y una máquina de coser nueva: “En realidad no era más que una radio normal que a mí me gustaba escuchar con el volumen muy alto y una máquina que, supongo, veían entrar y salir porque no funcionaba y la había mandado arreglar“. El día anterior habían registrado la casa donde vivía con su madre, en la Calle Don Ramón de la Cruz. Julia era la primera y única mujer comisario político de España, “que entonces y ahora también, era un rango equivalente al de comandante”, y años más tarde llegaría al Comité Central del PCE. En su casa habían encontrado propaganda comunista y anarquista, fotografías y documentos del partido; no encontraron, en cambio, un cajón lleno de municiones que “habían abandonado unos soldados republicanos que vivían con nosotras y que no habían vuelto a aparecer desde la entrada de los nacionales. Lo vi y antes de poder sacarlo de allí llamaron a la puerta. No sé cómo conservé la calma. El cajón estaba en uno de los dormitorios y yo fui enseñando el resto muy despacio. La cocina, el salón… Todo menos la habitación en la que estaban las armas…”. Julia fue detenida, juzgada y condenada a muerte. Su hija murió en la celda antes de cumplir un año y ella pasó otros cuatro de cárcel. Los primeros seis meses, y hasta que le conmutaron la pena de muerte, los pasó  ”esperando que cada tarde leyeran los nombres de las que iban a ser fusiladas. Podíamos oír los disparos“.
Tras la muerte del dictador y la llegada de la democracia, Julia Manzanal “participa en la organización de la Federación de Pensionistas y Jubilados de CC.OO, de cuya primera ejecutiva forma parte, en la Unión de Excombatientes y, desde el 2001, con su biografía bajo el brazo, recorre media España denunciando los horrores perpetrados por la dictadura franquista a partir de sus vivencias personales. Y todavía, en los últimos meses, se incorporó a la denuncia de las desapariciones de los hijos de las madres presas. Tenaz, impulsiva y firme en sus principios hasta dejar exhausto a cualquier interlocutor en un debate de ideas, con Julia Manzanal, “comisario chico”, se nos va lo más combativo de una generación irrepetible”, escribe en un artículo recordatorio Javier Moreno, de la Secretaría de la memoria del PC madrileño.

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