martes, 1 de mayo de 2012

LA POLICÍA NOS QUIERE HACER DELATORES


“Aquí están los delatores, los que acaban de cavar
La fosa del vecino. Fueron identificados, y ellos lo saben.
¿Será posible que la calle no lo olvide jamás?
No pueden conciliar el sueño,
Pero no todo ha terminado:
Cada noche que llega no es aún la última noche”

Bertolt Brecht
“Terror y miserias del III Reich”
Cuenta el escritor en esta obra pequeñas historias, expresivos monólogos, escuetos diálogos sobre la manipulación de las personas capaces de delatar a sus familiares o vecinos en un clima de angustia donde el miedo, el desarraigo, la resignación y la ansiedad se convierten en las únicas armas para sobrevivir a pesar de todo y de todos.
30_abril_polisiaLa participación ciudadana que reclama la web de la policía catalana, engorda la cultura de la delación
La delación, pura y simple, que Felipe Puig, Consejero de Interior de la Generalitat de Catalunya llama “colaboración ciudadana”, es lo que pretende una página web que ha lanzado la policía autonómica: llamar a la denuncia, mediante la publicación de imágenes de personas sin identificar y, en consecuencia, no imputadas.
En concreto, la web incluye imágenes explícitas de 68 personas, presuntos participantes en los incidentes que tuvieron lugar el pasado 29 de abril, día de la huelga general. Sin ninguna autorización judicial expresa, vulnerando el derecho al honor y a la propia imagen, sin mención alguna al origen de las fotografías -que, en algunos casos, muestran a menores o personas en actitudes no violentas-, la página ha recibido 140.000 visitas en su primer día de funcionamiento.
Para Jueces para la Democracia la medida roza la inconstitucionalidad
Desde el ámbito jurídico, las críticas no se han hecho esperar. Jueces para la Democracia manifiesta que la medida policial roza la inconstitucionalidad de forma clarísima, el Colegio de Abogados de Barcelona cuestiona su legalidad y varios catedráticos y expertos ponen en duda la naturaleza de las fotografías que, al parecer, proceden de la propia policía, los medios de comunicación y las redes sociales y apuntan al peligro de “linchamiento público” de las personas retratadas.
En cualquier caso, el asunto va más allá de la presunta legalidad de la web.Con complicidad buenista, la Policía “garantiza la plena confidencialidad de la identidad y los datos facilitados por los ciudadanos y agradece su implicación en la lucha para erradicar episodios de violencia urbana”. Anima, pues, a algo tan feo como “tirar la piedra y esconder la mano”.” Algo más profundo que la perfidia, allí donde la envidia, el odio y el fanatismo se unen, ocupado por la figura del delator político, quien llega a creer que la traición, junto con el veneno, es el arte protagonista de la historia.
Con la húmeda suavidad del reptil, sus palabras se deslizan hasta el oído del inquisidor. No espera recompensa. Después de la delación se siente bien pagado por el bálsamo muy dulce que le invade todos sus cartílagos con sumo placer hasta el fondo de los sentidos”, escribe Manuel Vicent, a propósito del soplón.
Puestos a denunciar hasta podemos encontrar parecidos de los fotografiados con cualquier próximo a quien profesemos alguna inquina y aprovechemos para denunciarlo ¿Y, si realmente, conocemos a alguien, qué debemos hacer? ¿Llamar a la policía, aunque se trate de nuestro hijo, nuestro hermano o un amigo? ¿Están estos casos exentos de tal cometido o, por el contrario, deben los conocedores, como buenos ciudadanos, denunciar sin contemplaciones?
Engordar la cultura de la delación
En definitiva, la participación ciudadana que reclama la web de la policía catalana, no hace sino engordar la cultura de la delación, que no es otra cosa que el “vigilantismo de los vecinos alertas”. Un colectivo homogéneo, incapaz de ponerse en el lugar del otro; la “gente como uno mismo”, que diría el propio Consejero del Interior; es decir, aquéllas personas que comparten sus mismos estilos de vida y comulgan con sus mismos valores.
La “participación ciudadana” que reclama la web de la policía catalana, no hace sino engordar la cultura de la delación, que no es otra cosa que el “vigilantismo de los vecinos alertas”
Las prácticas policiales,como la web de Felipe Puig, se sostienen en el imaginario social hostil (inhospitalario) de la sociedad. Un imaginario habilitado por las políticas institucionales demagógicas. En este paisaje debutó Henri-Georges Clouzot, autor de El cuervo (1943), en el que un personaje anónimo atemoriza a una pequeña comunidad francesa con cartas intimidatorias y pone en escena la delación, un fenómeno muy común durante la ocupación nazi.
El reclamo a la colaboración ciudadana tiene lugar en vísperas de la cumbre del Banco Central Europeo (BCE), prevista para el 3 de mayo en Barcelona. Un acto que, según ha adelantado el Consejero Felipe Puig, podría dar lugar a nuevos episodios de agitación callejera que, a su vez, conllevarían nuevas medidas no ya para perseguir el delito sino para prevenirlo porque, ya se sabe, “quien roba un huevo, roba una vaca” y que “ quienes hoy tiran una tiza mañana ponen bombas”.
Detención de Laura Gómez, sindicalista de CGT
Para ir abriendo boca, la policía autonómica ha detenido esta semana, entre otros, a Laura Gómez, Secretaria de Organización del sindicato CGT en Barcelona y a dos sindicalistas de CCOO y UGT en Seat, por participar en piquetes durante la huelga general. Todo lo cual hace que el semanario El Triangle afirme editorialmente que “Felipe Puig enloquece”. “Toda revolución necesita “mártires” -añade-, y Felipe Puig los está creando a toda máquina”.
Y no olviden que “soplón es la persona que observa o escucha lo que otros hacen o dicen con la intención de comunicárselo en secreto al que tiene interés en saberlo”, según dice el Larousse.
PERU ELORRETA. CRÓNICA POPULAR

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