domingo, 15 de julio de 2012

EN DEFENSA DE LA POLÍTICA (No somos lo mismo)


Vivimos el mayor ataque al Estado del Bienestar

Cierto es que vivimos momentos excepcionales de los que únicamente sacan provecho personas y organizaciones sin escrúpulos. Es en ese contexto en el que se extiende el discurso “tod@s son iguales”, lanzado interesadamente por desafectos de la democracia, abrazado como el maná por el 15M y su entorno y que hace tan feliz al PP. Pues, a riesgo de que me llamen trasnochado, no pienso renunciar a defender la política como la acción de servicio más honesta y honrada que cualquier persona pueda realizar.

Las personas progresistas somos mayoría. Ocurre, eso sí, que somos tan coherentes con nuestros principios que no toleramos el error y mucho menos la indecencia para ningún@ de nuestr@s representantes. Lástima que algunos dirigentes persistan empecinadamente en el error y sean incapaces de leer el mensaje que brota espontaneo en las últimas movilizaciones. No es cierto que mayoritariamente la gente grite “PP-PSOE la misma mierda es”, pero sí es verdad que la gente no comparte el modelo de “oposición responsable” y quiere visibilizar que “su partido” les defiende ante los mayores ataques a los derechos conquistados tras largos años de dictadura.
Es por eso que nosotr@s, las personas progresistas y de izquierda, pensamos que la ciudadanía del estado español, que está siendo gravemente atacada por la aplicación de políticas neoliberales al objeto de solucionar a su costa la crisis capitalismo, tiene perfecto derecho a conocer quiénes son los autores de estas agresiones y por qué este sistema les convierte en víctimas. Las personas tienen que saber de donde parten sus males. Por qué están paradas o parados. Por qué les rebajan las pensiones y cuál es el origen de las doctrinas e ideas cuya ejecución está causando tanto sufrimiento y ruina a las clases populares, trabajadoras y autónomos y empresarios familiares.
El pueblo tiene derecho a identificar a qué ideología, a qué ideas, a qué familias políticas pertenecen las gentes, que los explotan, utilizan, les cobran hipotecas hinchadas y préstamos de usura, para luego enviarles al paro o desahuciarlos.
Las clases populares deben saber que las ideas neoliberales, es decir el liberalismo llevado a sus últimas consecuencias, inspira todas estas políticas. Estas ideas defienden que el estado debe ser reducido a la mínima expresión poniendo en peligro la sanidad, la educación, las pensiones, las prestaciones de desempleo y muchos servicios públicos. Pero, además, incrementa el paro y destruye empleo de calidad como es el público. Desde las últimas décadas del pasado siglo, los conservadores, así como otras familias derechistas y las grandes empresas multinacionales de producción y servicios, están imponiendo una dominación económica y cultural tendente a eliminar el estado del bienestar.
Los ideólogos neoliberales, los políticos neoliberales y los centros de opinión y poder derechistas, ultraliberales y ultraconservadores, están imponiendo paulatinamente un modelo económico desregulado y opaco. Pero este sistema neoliberal, no solo se ha impuesto gracias a ideologías conservadoras, sino que ha contado con la colaboración necesaria de sectores que fueron progresistas y una socialdemocracia oficial, que comenzó aceptando la llamada “tercera vía”, para acabar siendo también neoliberal. Cúpulas de partidos que afirmaban ser de progreso, han aceptado las tesis liberales, acabando con las ideas transformadoras y de igualdad de la izquierda. Renunciaron a las propuestas e ideales del Movimiento Obrero y han acabado aceptando las indicaciones y sugerencias de grandes banqueros y gestores de fondos financieros.

A la izquierda clásica, le costó darse cuenta de que surgía un nuevo capitalismo financiero y que el fordismo y el capitalismo clásico habían muerto en Occidente, acabando de paso con la cultura obrera, solidaria y combativa. Una nueva cultura neoliberal y consumista ha colonizado nuestras mentes y roto la solidaridad y las utopías. Por eso, con el surgimiento de los nuevos movimientos sociales, se ha puesto el dedo en la llaga y situado al capitalismo financiero en su lugar de nuevo dominio mundial. Este capitalismo, está poniendo en peligro nuestra vida digna y nuestro derecho al reparto justo de la riqueza. El triunfo de los mercados financieros sobre todo y todos, ha supuesto el inicio y gestación de esta crisis, en la que mientras ellos –los de arriba- hacen negocio a nuestra costa, nosotr@s sufrimos y pagamos.
Pero la izquierda, que gracias a las luchas y sacrificios del movimiento obrero, consiguió una mejora innegable de las condiciones de vida de las personas, la independencia nacional y social de muchos pueblos del mundo y el estado democrático y social; la izquierda y el movimiento obrero que, mediante revoluciones triunfantes, fracasos, alianzas y luchas desde los centros de trabajo y los gobiernos, logró en Europa en los años cincuenta, sesenta y setenta del siglo pasado, sanidad, educación, prestaciones, transportes y medios públicos universales, no puede ahora permanecer impasible ante tanta destrucción de lo conseguido.
Aquellos partidos obreros y socialdemócratas del centro-norte de Europa y los comunistas italianos y franceses, que articularon un pueblo de izquierdas digno y orgulloso de serlo, no pueden, no podemos consentir ahora el triunfo de la cultura neoliberal y que este triunfo se materialice renunciando a las ideas que consiguieron grandes avances sociales. Tampoco a que se consientan traiciones y chaqueteos en nombre de nobles palabras como el socialismo.
En España, en condiciones todavía más duras y en plena dictadura franquista, conseguimos conquistas que ahora se están dilapidando.
LOS SINDICATOS DEBEN DAR UN PASO AL FRENTE
Ante todo esto, es imprescindible no renunciar a contraponer nuestras propuestas al objeto de enfrentarnos al neoliberalismo, que es el nombre de la doctrina política que sustenta el capitalismo actual. Defender la democracia y recuperar la soberanía popular y la soberanía de los pueblos de Europa y del Estado Español, sojuzgado bajo la dictadura de los mercados.
Es urgente que la izquierda trabaje junta en buscar la unidad, coordinar las clases populares y recuperar la democracia y la primacía de la política frente al economicismo liberal y el conservadurismo y frente la derecha política y económica. Estos momentos de emergencia social exigen una mayor implicación, también de los sindicatos, en especial los mayoritarios, pues lo que está en juego es mucho. En el pasado la conjunción entre organizaciones políticas y sindicales fue decisiva para construir un sistema verdaderamente democrático y justo, como fue la II República o la lucha antifranquista.
Es imprescindible que las mujeres y los hombres que creemos en otro mundo posible, en la justicia social y el reparto, en la igualdad y en el socialismo, valores todos ellos democráticos, nos unamos, nos juntemos en un proyecto común. Por eso saludo con simpatía las diversas plataformas unitarias o llamamientos que están surgiendo, a partir del que hicieron las Mesas Ciudadanas de Convergencia y Acción y las actúales convocatorias ya hechas o en marcha.
Es tiempo de honestidad y de alianzas amplias
Es tiempo de construir un frente amplio de izquierdas
No es momento para fomentar las divisiones sempiternas de la izquierda, ni para “camuflar” las propuestas de izquierdas en programas “de los de abajo contra los de arriba”, no es momento de travestir para “ganar” unas elecciones confundiendo a los ciudadanos y reconociendo la derrota de la izquierda frente al pensamiento único (neoliberal), no podemos continuar divididos en “reinos de Taifas”, para volver a ser derrotados una vez más. Es tiempo de unidad y de honestidad, es tiempo de compromiso, de lucha en la calle, de generosidad, es tiempo de establecer alianzas amplias, de limar las diferencias y converger en un programa común, antineoliberal, donde lo humano sea lo primero por encima de la economía, y en un Frente de izquierdas común. Es tiempo de recuperar la política con mayúsculas, es tiempo de lucha, o logramos ir unidos o la crisis se resolverá en contra de la mayoría de la población.
Quienes no renunciamos a la igualdad y a la democracia económica, entendiendo que no hay democracia sin justicia y sin reparto, creemos que las izquierdas, debemos abrirnos, expandirnos, fundarnos e ir a la construcción de un Frente Amplio Antineoliberal, una “SYRIZA en el Estado Español” que haga confluir en una fuerza electoral, renovada y potente, participativa, asamblearia e igualitaria, la alianza de las fuerzas políticas, socialistas, ecosocialistas, nacionalistas de izquierdas, comunistas y de clase, pero también democráticas y cívicas en una UNIÓN, que permita enfrentarnos con éxito a esta estafa neoliberal llamada crisis, que es su negocio, su excusa para enriquecerse aún más y de paso acabar con nuestros derechos.
Marcel Félix de San Andrés

No hay comentarios:

Publicar un comentario

DEJA AQUÍ TU OPINIÓN

SUMAR, EL ENÉSIMO DISPARO DE FOGUEO CONTRA EL RÉGIMEN DEL 78

Tras la muerte de Franco, ninguno de los movimientos de izquierdas impulsados desde el PCE ha puesto en riesgo el sistema, es más, ni siquie...