martes, 23 de octubre de 2012

¿TENEMOS PATRIA LOS TRABAJADORES?

Artur Mas saluda al Rey en presencia de Feijoo

De la misma forma que los esclavos no tenían patria, los trabajadores no tenemos patria. ¿Un esclavo jamaicano debe considerarse británico? ¿Tiene patria? Un patricio romano, en cuanto que perteneciente a la clase dominante, tiene patria. Pero ¿qué patria tiene un esclavo romano? No. No tiene patria alguna.
Los esclavistas se las han apañado a lo largo de los tiempos para engañar a los esclavos y hacerles creer que tienen una patria y que deben amarla y esforzarse por ella. Quizás el caso más sangrante de la historia sea el de la guerra de secesión americana, en la que gran cantidad de esclavos negros sin la más mínima conciencia de clase resultaron ser fervorosos patriotas del sur. Cavaron trincheras, limpiaron establos y construyeron letrinas con entusiasmo, sufriendo grandes penalidades para defender a su patria amenazada. Se mostraron como grandes y esforzados patriotas para defender la libertad del sur frente a la opresión que les quería imponer el norte. Pero ¿tuvieron alguna vez una patria? No. Nunca la tuvieron. Sus dueños esclavistas sí que teñían una patria como clase dominante, pero ellos no. ¿Y cuando fueron liberados? Tampoco. Difícilmente se puede considerar que tuvieran una patria cuando nada más ser liberados tuvieron que dirigirse a sus antiguos amos y pedirles trabajo, pues estos seguían siendo los propietarios de los medios de trabajo y producción. Sus explotadores propietarios de las tierras y las fábricas sí que tenían una patria como clase dominante y explotadora, pero ellos no. Nunca la tuvieron de la misma forma que nosotros no la tenemos.
Por eso dicen Marx y Engels en El Manifiesto Comunista: “Los trabajadores no tienen patria. Mal se les puede quitar lo que no tienen. Puesto que el proletariado debe conquistar primero el poder político, antes de elevarse hasta constituir la primera clase nacional, constituyéndose a sí mismo como nación, resulta evidente que también en él reside un sentido nacional, aunque esa concepción no coincide ni mucho menos con la que tiene la burguesía.”. Por ejemplo, el proletariado catalán no tiene patria. Ni española, ni catalana, ni alemana, ni europea, ni de ningún otro tipo. La tienen sus explotadores, pero ellos no la tienen. Cualquier acto de patriotismo separatista o integrador le debe resultar indiferente si es que tiene conciencia de clase. ¿Qué importancia tiene para él la nación burguesa en la que se le explote? La misma que tiene para un esclavo el que lo explote un esclavista ateniense o uno espartano. Eso no cambia su explotación o su puesto como explotado en su sistema económico y productivo.
El proletariado no tiene patria alguna, pero sí que puede tenerla. Cuando se convierta en la clase dominante e instaure un régimen político y económico obrero, entonces el proletariado tendrá una patria y tendrá sentido en él todo acto de patriotismo y de amor a su patria socialista. Por eso se decía cuando la Unión Soviética era el único estado socialista de la tierra que “La Unión Soviética es la patria de los trabajadores.” Era lógico que ante cualquier problema o enfrentamiento entre su país de origen y la Unión Soviética, defendieran siempre a la Unión Soviética que era su verdadera patria en cuanto que era el único estado obrero y por ello también internacionalista.
A los obreros catalanes o de otros lugares poco les importa quién gane la lucha que actualmente mantienen las diversas ramas de la burguesía que les explota. ¿Va a disminuir o aumentar eso su nivel de explotación? Por mucho que intenten maquillar sus intereses, estas luchas no tienen como objetivo defender los intereses del proletariado sino que cada fracción capitalista intenta defender sus intereses frente al resto de los capitalistas para aumentar sus beneficios y su explotación. No son más que luchas entre burgueses de las que debemos sentirnos ajenos. Como dicen irónicamente Marx y Engels en El Manifiesto Comunista: “¡Pedimos el librecambio en interés de la clase obrera! ¡En interés de la clase obrera, pedimos aranceles protectores! ¡Pedimos prisiones celulares, en interés de la clase trabajadora!
“He aquí la última palabra del socialismo burgués. Lo único que dice verdaderamente y su única aspiración seria, pues el socialismo burgués se resume exactamente en esta frase: los burgueses son burgueses, pero en beneficio de la clase trabajadora.”
Los burgueses aseguran que nunca les mueve el deseo defender sus intereses sino sólo ¡los de sus explotados! Todo lo hacen para beneficiar a los trabajadores de una Cataluña explotada por el centralismo o para beneficiar a los trabajadores de una España que será más fuerte unida. Todos sus esfuerzos patrióticos los hacen en beneficio de la clase obrera, pero el proletario con conciencia de clase sabe que no tiene patria y que nunca la podrá tener en un Estado burgués y no se deja engañar con estas añagazas de sus enemigos de clase.
Las mismas burguesías que han destruido el sistema económico con sus políticas neoliberales de aumento de los impuestos y disminución del gasto público, ahora se enfrentan duramente entre ellas. Hasta hace poco había ladrillo, explotación y beneficios para todos, pero la penuria lleva a enfrentamientos por las migajas entre los diversos sectores de la clase dominante y las diversas facciones intentan atraer a sus explotados con razonamientos principalmente nacionalistas y patrióticos. Ante la agresión que sufre el proletariado, se decide echar una cortina de humo desviando la atención para evitar un análisis de clase, intentando implantar la mayor desinformación y el mayor desconcierto posible entre los trabajadores. Frente a la desinformación burguesa que pretende que el problema es la secesión o la unidad, debemos darnos cuenta de que muy contrariamente el verdadero problema es tener o no tener patria. Vivir en una patria socialista o hacerlo sin patria como explotados dentro de un sistema económico y político burgués. Ese es el verdadero problema y el verdadero asunto a tener en cuenta.
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