sábado, 8 de diciembre de 2012

WERT SERÁ EL ULTIMO TORO LIDIADO EN UNA PLAZA ESPAÑOLA

Las estadísticas publicadas recientemente por el Ministerio de Wert reflejan un descenso del 38% en la celebración de festejos taurinos entre 2007 y 2011. Será esta la razón que le ha llevado a asegurar que “Soy como un toro bravo, me crezco con el castigo”. 


Antitaurinos concentrados frente a la plaza de toros de Puertollano
En su manifiesta estrategia de confrontación contra lo razonable, el Ministro Wert ha soltado una de sus habituales ocurrencias para que la ciudadanía desvíe su atención sobre lo importante y se centre en el debate sobre lo que saca lo peor de nosotros, el patrioterismo visceral. Mariano Rajoy, el afortunado secundario, debe estar contento con su eficaz pirómano particular. Es prenderse o aparecer una llama y de inmediato asoma Wert prendiendo varios focos para que se hable solo de sus incendios. ¿O es casual que en pleno debate sobre la no revalorización de las pensiones se le ocurra a Wert distraernos con la polémica castellano-catalán? Polémica que incluso tapa cuestiones tan relevantes como la mayor presencia de la religión en la enseñanza o la financiación con fondos públicos a los centros segregacionistas.
Demos a Wert de su propia medicina y centrémonos en sus competencias. Recuerdan al guiñol de Jesulín de Ubrique que todo lo comparaba con un toro. Pues Wert ha venido a mejorarlo y es el quien se reconoce como morlaco y parece dispuesto a ser lidiado en un coso taurino. Razones no le faltan si, a pesar de tanto esfuerzo ppero en declarar la tortura Bien de Interés Cultural, las estadísticas vienen a demostrar que todo ha sido en vano y a los toros ya no va casi nadie. Si los ayuntamientos dejaran de subvencionar los festejos taurinos y destinaran esos recursos a necesidades tan perentorias como luchar contra el desempleo, los toros serian un recuerdo en pocos años. Ni siquiera San Isidro, San Fermín o la Semana Grande podrían subsistir sin ayuda pública.
Lo cierto es que pese a ser BIC y recibir cuantiosas ayudas el número de festejos taurinos desciende de manera continuada, como demuestran diversos informes y estadísticas, y también lo hace la cantidad de aficionados que asisten a estos eventos. En lo que va de 2012 la caída se ha acelerado, lo que demuestra el desinterés de la ciudadanía por las corridas de toros. No deja de resultar paradójico que frente a esta tendencia, diversas administraciones públicas aumenten las subvenciones a los toros.
Las estadísticas publicadas recientemente por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, reflejan un descenso del 38% en la celebración de festejos taurinos entre 2007 y 2011. En el período interanual 2010-2011, los considerados “festejos taurinos estrella” -corridas de toros, rejoneo y novilladas con picadores-, han tenido un descenso conjunto del 14% y acumulan un descenso del 46 % entre 2007 y 2011.
Según los datos que públican portales taurinos como mundotoro.com, de enero a noviembre de 2012 se habría producido otro descenso del 15% respecto al mismo período de 2011 y en estas mismas modalidades. Con ello, las corridas de toros celebradas en 2012 serían menos de la mitad de las celebradas en 2007.
SOLO EL 8’5% DE LA POBLACIÓN ASISTE A FESTEJOS TAURINOS
Por otra parte, la encuesta de hábitos y prácticas culturales, estadística oficial elaborada con periodicidad cuatrienal por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, refleja un claro descenso en los asistentes a festejos taurinos, pasando del 9,8% de la población en el periodo 2006-2007 al 8,5% del período 2010-2011. Este importante descenso, sería aún mayor si se proporcionaran datos oficiales, en lugar de encuestas, dado que estas también recogen la asistencia a espectáculos sin lidia, como vaquillas y encierros.
Estos datos contrastan con el empeño de algunas administraciones estatales y autonómicas, principalmente gobernadas por el Partido Popular, por blindar los festejos taurinos y dotarles de mayor ayuda pública. De nada servirá, dado que el principal enemigo de estas prácticas es el desinterés de la ciudadanía, cada vez más sensibilizada contra el maltrato animal. Así, por mucho que se crezca Wert es sus exabruptos el final de los toros está cada día mas cerca. Tanto es así que el Ministro se plantea incorporar textos edulcorados de las corridas de toros a los libros de texto y se ha ofrecido a ser el último morlaco lidiado en una plaza de toros. Que nada nos prive de un buen titular señor Ministro.
Marcel Félix de San Andrés

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