domingo, 27 de octubre de 2013

LOS MÁRTIRES QUE NO INTERESAN A LA IGLESIA CATÓLICA

Al papa Francisco se le ha visto el plumero con motivo de la beatificación de medio millar de religiosos asesinados durante la Revolución de Asturias y la Guerra Civil. El pontífice que nunca ha sido de derechas dijo que hay imitar a esos mártires porque siempre hay que morir un poco para salir de nosotros mismos, de nuestro egoísmo, de nuestro bienestar, de nuestras perezas. El santo padre que vive en Roma animó a la feligresía a ser cristianos de obras y no de palabras.

José Ariztimuño, asesinado en 1936. Primero por la izquierda, junto a Aguirre, 

que luego fue lehendakari, con sombrero y gabardina. Archivo del nacionalismo Sabino Arana Fundazioa

En una breve alocución grabada en vídeo, Francisco puso como ejemplo el de esos mártires que imitaron a Jesucristo e insistió en la necesidad de abrirnos a los demás, a los que más necesitan, sin duda advertido de que esa fue la actitud llevada a cabo por la iglesia franquista, que prestó palio y preces al dictador mientras perseguía con ejecuciones y cárceles a los vencidos, o a quienes combatieron contra su regimen y fueron fusilados hasta dos meses antes de que el anciano general expirara.  Alabemos al Señor para que sus valientes testimonios y su intercesión sirvan para liberar al mundo de la violencia, dijo el papa argentino en referencia a quienes apoyaron la mayor violencia desarrollada en la historia de España contra una régimen legalmente constituido.
Para la Plataforma para la Comisión de la Verdad, la Iglesia tendría que pedir perdón por el apoyo que dio al general felón Francisco Franco durante la Guerra de España y por haber legitimado la larga y dura represión posterior que siguió a su victoria. Esa plataforma, que aglutina a más de un centenar de asociaciones de laMemoria Histórica de todo el país, envió una carta de buena voluntad al papa Francisco en la que le pedía que suspendiera la ceremonia de Tarragona porque se trataba de un acto político de afirmación franquista.
La represión franquista en el País Vasco afectó no solo a miembros de la CNT, PSOE y el Partido Comunista sino a cientos de nacionalistas vascos, muchos de ellos católicos practicantes. Entre ellos había varios sacerdotes y religiosos que fueron ejecutados por el bando sublevado en el verano de 1936 por su proximidad al PNV y su fiel apoyo a la República. Iñaki Goioaga, historiador de la Fundación Sabino Arana, recuerda en declaraciones a ZoomNews que la mayoría murieron ejecutados en Guipúzcoa antes de octubre de 1936. Fue una represión en caliente. Se dice que el Requeté de Navarra llegaba a cada población conquistada con una lista de sacerdotes a ejecutar. Se les fusilaba sin juicio previo para no dejar rastro. El historiador asegura que a varios de esos religiosos que murieron en manos de los franquistas se les hacía ver que estaban en libertad, firmando ellos mismos la orden de liberación. Después se les llevaba a una cuneta. Era un intento de encubrir las barbaridades que estaban haciendo.
Miles de víctimas del franquismo siguen bajo tierra en fosas y cunetas sin nombre, sin que el santo padre que vive en Roma se acuerde de su memoria
Para muchos nacionalistas vascos, el padre José Artiztimuño Olaso fue uno de esos mártires religiosos asesinados por quien gracias a la santa iglesia católica ostentó el título de  caudillo por la gracia de Dios. Nacido en Tolosa en marzo de 1886, este jesuita fue miembro del PNV y cofundador del sindicato vasco eLa-STv. Con el seudónimo de Atizol escribía numerosos artículos de prensa y participó en varios certámenes de poesía. Al comenzar la sublevación y temiendo por su seguridad se refugió en la localidad vascofrancesa de Lapurdi, a 15 kilómetros de Bayona. El 15 de octubre de 1936 tomó la decisión de regresar a Bilbao: allí estaba su familia y el grueso de sus amigos. Cogió el buque Galerna que le tendría que llevar a Bilbao, todavía bajo control del Frente Popular. Nunca llegó a la capital vizcaína. En alta mar, el buque fue apresado por la armada franquista y el padre Artizmuño fue detenido y trasladado a la cárcel de Ondarreta. Tras ser sometido a todo tipo de torturas y vejaciones, el jesuita murió fusilado en el cementerio de Hernani junto a otro centenar de presos. Años más tarde su cadáver desaparecería de este cementerio y sería trasladado, posiblemente, al Valle de los Caídos.
José Pascual Duaso también murió asesinado por un grupo de falangistas el 22 de diciembre de 1936.
José Pascual Duaso también murió asesinado por un grupo de falangistas el 22 de diciembre de 1936.
Fuera del País Vasco, el párroco de Los Corrales (Huesca), José Pascual Duaso también murió asesinado por un grupo de falangistas el 22 de diciembre de 1936. Miembro de una familia de izquierdas, a Pascual lo matarían de una manera premeditada y fingiendo un altercado vecinal en la víspera de Nochebuena. El sacerdote mallorquín Martín Usero murió en circunstancias similares después de que se conociera que había ayudado a escapar de la isla a un grupo de republicanos durante los primeros días de la Guerra Civil Española. Otro sacerdote mallorquín, Jeroni Alomar Poquet, fue condenado a la pena capital tras ser acusado de rebelión militar contra el golpe de Estado del 18 de julio de 1936.
El papa Francisco, que nunca fue de derechas, ha obrado en esta cuestión como sus predecesores, Juan Pablo II y Benedicto XVI, artífices de beatificaciones masivas en las que solo figuraron las víctimas identificadas con el franquismo, algo que nunca se atrevieron a hacer los papas precedentes, Pío XII, Juan XXIII y Pablo VI. Ningún pontífice de los nombrados se ha atrevido a pedir perdón, hasta ahora, porque la iglesía en España haya apoyado aquel régimen y mantenga enterrado a su máximo representante en la basílica del Valle de los Caídos, bajo el símbolo de una gran cruz que representa la fraternidad cristiana. Mientras, miles de víctimas del franquismo siguen bajo tierra en fosas y cunetas sin nombre, sin que el santo padre que vive en Roma se acuerde de su memoria.

Félix P.

2 comentarios:

  1. El clero vasco reconciliador con verdugos pero tan poco compasivo con maketos y victimas de ETA tiene y tuvo un cancer, creer que un sacerdote es un siervo de Sabino ARANA y no de Jesucristo. Onandia era un integrista de tomo y lomo. Los sacerdotes fusilados por Franco en 1937 eran unos curas trabucaires de trabuco y pistolón; no fueron ejecutados por el hecho de ser sacerdotes ni siquiera por ser nacionalistas vascos sino por ejercer de espías (txibatos) en los pueblos pequeños para el PNV, guardar armas en sacristías y casa parroquiales, instruir militarmente a milicias nacionalistas…recomiendo el capitulo casullas, política y pistolas de José Díaz Herrera y su magnifico Los Mitos Del Nacionalismo Vasco. Ariztimuño fue hecho prisionero cuando ibaen barco de Francia a Bilbao. Poco antes había escrito en Euzkadi de Bilbao incitando a los jóvenes nacionalistas, que dudaban, a que tomasen las armas en defensa de la República.
    http://hispanismo.org/senorios-vascongados/6294-sobre-el-fusilamiento-de-sacerdotes-nacionalistas-vascos-una-contudente-replica.html
    Que dos sacerdotes de Rentería se presentaron en Oyarzun a los requetés diciéndoles que Rentería estaba abandonada. Una sección de requetés fue enviada y cayó en una celada, resultando aniquilada. Los sacerdotes fueron fusilados.
    Que Mendicute en un mitin nacionalista había dicho que “eso de que el Corazón de Jesús reinará en España es una patraña, porque ni España puede llegar a tanto, ni el Corazón de Jesús tan bajo”.
    Del resto de los fusilados, casi todos habían tenido alguna participación en la lucha a favor de los rojos. Con esto no justificamos la pena que se les impuso que pudo ser excesiva en algunos casos.
    Todos aquellos sacerdotes pusieron en un mismo plano el amor a la patria inventada por Sabino, que el amor a Dios. Otros muchos estaban en la misma situación. Se ocupaban más de la política que de la Fe. Y se siquieron ocupando los supervivientes, que eran todos los demás. Así hemos llegado hoy a la triste situción de la Iglesia en el Pais Vasco.

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  2. Es asombroso que se siga atacando a los católicos sacerdotes y seglares que fueron vejados y asesinados durante la guerra española. La segunda república perdió toda su legitimidad cuando empezó a asesinar a todos los que no comulgaban con sus teorías. Hoy estamos empezando a utilizar la insidia y la desinformación veraz con maledicencia, con el fin de volver a enfrentarnos como se hizo en la segunda república. Creo que los que hemos vivido el régimen de Franco ya lo teníamos olvidado, arrinconado en nuestro cerebro, hoy se intenta recordar lo malo que fue un régimen y lo bueno que fue su querida república, nada de ello se acerca a la realidad, ni unos fueron tan malos ni los otros tan buenos.

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