sábado, 29 de marzo de 2014

MENTIRAS Y MANIPULACIÓN DE LA RAZÓN Y LA POLICÍA SOBRE EL 22M

Portada de La Razón según Plumaroja
Cada día me resulta más difícil el relato de los fenómenos paranormales que acaecen aquí, en esta Tierra Negra conocida antes como España. Al menos sobrio, lo confieso, lo malo es que soy abstemio. En apenas dos años hemos caído por un vórtice maldito a un mundo oscuro dominado por gaviotosaurios desalmados y manipuladores que nos han hecho sus rehenes.
En este nuevo país, nada es verdad ni es mentira. Todo es según la versión que convenga a los de arriba. Pero para mantener el chiringuito, y poder mentir como bellacos sin que la chusma se les ponga estupenda, necesitan cómplices. Colaboradores necesarios que den verosimilitud a sus patrañas. Por ejemplo: El 22-M. Dos millones de ciudadanos nos concentramos pacíficamente en Madrid reclamando democracia real, pan y trabajo para todos. Ese mismo día, la portada del periódico La Razón pergeña este riguroso titular: “Terroristas llegados de todos los puntos de España invaden Madrid”.
Tendenciosillo como poco ¿no? Esta es la línea editorial de uno de los más leales esbirros de gaviotosaurio Rajoy. Ese ser incongruente y viscoso llamado Marhuenda, acusado por otros miembros de la caverna de enriquecimiento ilícito, que dice dirigir telepáticamente La Razón entre plató y plató de televisión y cuya máxima es difama que algo queda, contraviene todos los códigos morales y la ética que se supone a un periodistaYa sabemos que Marhuenda no es periodista, si acaso alcanza el grado de vecindona chismosa al servicio del inquilino de La Moncloa. Y, claro, así le va a La Razón, que ni siquiera aparece entre las 15 cabeceras españolas más leídas. Veremos que dice Lara cuando un gobierno distinto le cierre el grifo de las subvenciones y tenga que vivir de la venta en los kioscos.
Y, por desgracia, es la misma a la que se agarran otros mamarrachos y mamarrachas mediáticos que desprestigian la noble y necesaria profesión periodística. Una pena.
Pero los periodistas no son los únicos profesionales que pueden ser abducidos por el lado oscuro. El Cuerpo Nacional de Policía también tiene goteras. Y no me refiero únicamente a los policías infiltrados que cubrían con pasamontañas sus cabezas y a los que numerosos testigos atribuyen un comportamiento más que sospechoso, como introducirse pacíficamente en las lecheras policiales o retener perroflautas mientras llegan los de uniforme. Es que el propio Cuerpo y los sindicatos policiales se inventan pruebas y difunden imágenes de unas armas que supuestamente portaban los manifestantes. En concreto, una muleta con un punzón incorporado y una riñonera con bolas de acero. La cuestión es que la susodicha muleta se la incautaron hace varios días en el escáner de un juzgado a un tipo que nada tenía que ver con el 22-M, y lo de la riñonera más de lo mismo. Pues eso, que no se rompieron la cabeza, tiraron de archivo y se les antojó este objeto que requisaron el año pasado. Si cuela, cuela. Todo por ratificar la verdad oficial aunque esté podrida de mentiras.
Será que nuestros captores empiezan a notar escalofríos. Por eso azuzan sus jaurías.

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