domingo, 22 de junio de 2014

Fiscalidad y prostitución o cómo se pretende legalizar la violencia contra las mujeres

Sagrario Losada. *Antropóloga

Campaña de Caritas contra la prostitución
El estado de derecho español pretende solucionar sus desavenencias y delicuencias fiscales reafirmando los negocios de ocio y de la prostitución mediante ley, dando derecho a las mafias y ocasionando la reafirmación de la violencia contra las   mujeres y menores.
El gobierno de Rajoy sus tecnócratas de la Hacienda Pública se han deshecho la sesera para llegar a una excelente fórmula fiscal con el fin de resolver sus desavenencias y delincuencia fiscales.Han llegado a la conclusión de máxima “honestidad” con una nueva fórmula para controlar a las mafias que, desde años y años, siempre con beneficio creciente, controlan los negocios de ocio y la venta de personas a los consumidores de sexo, es decir la prostitución.
El Gobierno Rajoy pretende resarcir-­ reparar- un daño causado por la deuda contraída por las mafias del Estado al fisco y que no ha tenido a bien controlar momentos antes de sacar los beneficios hacia paraísos fiscales. Beneficios de esos negocios que se mueven sin ningún control y sin ninguna curiosidad por saber de dónde surgen. Parece ser que resulta más fácil presentar cuentas saneadas creando fórmulas nuevas contra la ciudadanía pero que, en la apariencia, pareciera que van a resolver problemas sociales pero que, cuando se pone en práctica su aplicación, se perciben consecuencias perversas traducidas en el aumento de la explotación, consiguiendo reafirmar la desigualdad, la violencia, el sometimiento e inmovilidad de las mujeres y menores. Pero, hay que cumplirlo, hay que hacerlo porque es un mandato europeo, es decir de la Troika.
Hace unos años, entre el 2000-2004 la sociedad de a pie –otros colectivos si lo anunciábamos-  no podía medir los regalos que nos vendrían de la esta Unión Europea. Hoy tenemos medida de lo mucho que hemos perdido y de lo poco que hemos ganado. Pero, sin embargo, todavía  no hay una respuesta consciente y concienciada sobre la situación y hacia dónde nos van a llevar las políticas de la actual Unión Europea a pesar de las movilizaciones, de las nuevas formas de activismo.
La cuestión es que en lo relacionado con lo que a la mujer se refiere, en la violencia creciente, en el retroceso programando mediante su expulsión del mundo laboral y profesional no se ha considerado con fuerza la esclavitud de las mujeres. Sólo en momentos ocasionales o electorales aparece la denuncia de que la mujer se encuentra en la máxima pobreza. En estos momentos y marcos todas las políticas coinciden en decir que “la mujer es la que está  padeciendo la mayor precariedad y violencia (…)”. Pero todos callan en cuanto a reconocer que la mujer siempre está con las condiciones creadas o preparada para caer en la mayor violencia como es la prostitución. Desde aquí está sometida a toda perversidad: pobreza, mal trato social, desprestigio, trasladándose a su descendencia la misma discriminación: en la escuela, en la sociedad, en los recurso y condiciones para  calidad de vida. Todo ello programado con el más sutil método de expulsión del mundo de trabajo organizado. Esa generación geométrica y progresiva de pobreza crea la justificación que vienen empleando las mafias, sus voceros y voceras para justificar la legalización de la prostitución.
Qué casualidad que todas estas mafias por lo que declare vayan a ser las patronales más cumplidoras de los derechos laborales. Es decir, lo que ellos quieren convertir en derechos laborales, porque, al tener el apoyo de los gobiernos de turno, se mantiene una inducción como realidad cuando es la reafirmación de la pobreza. Lo que guarda esa inducción compartida entre mafias y el gobierno Rajoy es llegar a legalizar la movilidad de las mafias y sus perversos negocios para subsanar su delincuencia fiscal. Ese argumento de resolver la estafa fiscal tiene un eco positivo en la sociedad y les favorece para, a la vez, matar dos pájaros  de un tiro: “fiscalizar”, pero también  legalizar la prostitución.
Hay que estar muy claros. Reafirmar la violencia, desigualdad y dominio sobre las mujeres es todavía intocable, a pesar de que aprueben leyes de igualdad, contra la violencia de género y  de derechos laborales que nunca se cumplen. Ahora, con las posible maravillosa y nueva fórmula fiscal y la troika, las leyes de protección y apoyo se cumplirán para las mafias y no para ampliar la calidad de vida de las mujeres. No van a  erradicar la pobreza y la violencia. No hacen posible que regresen los capitales de los paraísos fiscales; no se atreven. Parece ser más viable reafirmar la legalización de la violencia y la desigualdad que conlleva la prostitución en vez de a impedir a las mafias sus libertinas actuaciones.

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