jueves, 24 de julio de 2014

PEDRO SÁNCHEZ, "DE AQUÍ A NOVIEMBRE"

Franci Xabier Muñoz

Pedro Sánchez
Los militantes del PSOE han elegido mayoritariamente a Pedro Sánchez, diputado nacional por Madrid, como secretario general del partido, decisión que este próximo fin de semana ratificarán sin sorpresa alguna los delegados al Congreso del PSOE. Pedro Sánchez era, sin duda, el candidato del aparato del partido, una vez que la presidenta de Andalucía, Susana Díaz, se descartó de estas primarias internas. Ante esta negativa, cundió el pánico entre los mandamases del PSOE y, entre las tres candidaturas, eligieron la más próxima a su visión de las cosas. Una vez seleccionado el candidato menos malo, apostaron por él y movilizaron sus ejecutivas provinciales y regionales para convencer a la mayoría de los militantes de que Pedro Sánchez era la mejor opción de las posibles. La inteligente petición del otro candidato, Eduardo Madina, de hacer pública la radiografía geográfica de los votos cosechados, ponía de manifiesto lo que aquí escribo, pues Pedro Sánchez ganó en todos los territorios cuyos dirigentes se mostraron anteriormente a favor de Susana Díaz. La negativa de Madina a incorporarse a la Ejecutiva Federal de Pedro Sánchez ratifica esta impresión que muchos tenemos.

Es posible que, una vez conocidos los avales a las candidaturas, la renuncia del otro candidato, José Antonio Pérez Tapias, en favor de su compañero Eduardo Madina hubiera facilitado una concentración de voto en torno a éste de lo que se podría llamar “la izquierda del PSOE” pues, al menos en el discurso, Madina quería captar a los militantes de esa sensibilidad. Una vez conocidos los resultados de las primarias internas, se ha puesto de manifiesto mejor que nunca cuáles son las familias ideológicas dominantes en el PSOE. La social-liberal, mayoritaria, representada por Pedro Sánchez; la socialdemócrata, representada por Eduardo Madina; y la socialista, representada por José Antonio Pérez Tapias.

La mayoría de los militantes del PSOE ha elegido, por tanto, al candidato menos molesto para los poderes fácticos (banca y gran empresa, principalmente). Parece que, al final, ese grito de la militancia de base demandando un giro nítido a la izquierda no era la opción mayoritaria en el PSOE, porque Pedro Sánchez podrá abrir el partido, hacerlo más democrático y transparente, más participativo… pero si llega a la Presidencia del Gobierno dudo mucho que sus políticas incomoden a los poderes fácticos de España y, menos aún, a los de la Unión Europea y sus gobiernos lacayos.

En otros países de nuestro entorno la adscripción ideológica de los así en general mal llamados socialistas está más clara. Por ejemplo, en Dinamarca, existe un partido social-liberal, otro partido socialdemócrata y un tercero, socialista. Lo que a mi entender ha dejado muy claro el resultado de estas primarias entre los militantes del PSOE es que, hoy por hoy, la opción social-liberal es la mayoritaria. Si Pérez Tapias hubiera renunciado a favor de Madina, el PSOE habría quedado partido en dos mitades prácticamente iguales, una social-liberal (Sánchez) y otra socialdemócrata (Madina), aunque ninguna de las dos representa hoy, en mi opinión, a la clase obrera.

Ahora, la estrategia de Pedro Sánchez será convencer a ese electorado de centro-izquierda e izquierda de que él representa también esos valores y que los integrará no solo en la Ejecutiva Federal del PSOE sino, además, en su programa electoral. Sin embargo, la elección de Pedro Sánchez creo que no confunde a la izquierda. Más aún, clarifica del todo el posicionamiento en torno a IU, Podemos y Equo que muchos electores progresistas han hecho en las pasadas elecciones europeas. Así, por ejemplo, que Pedro Sánchez ordenara a sus eurodiputados que votaran en contra de Jean-Claude Juncker como presidente de la Comisión Europea no cuela como giro a la izquierda porque, si la elección de Juncker hubiera dependido de los votos  socialistas españoles, el PSOE lo hubiera votado. No lo ha hecho porque se lo podía permitir y su voto contrario no iba a alterar el resultado final de la elección del conservador Juncker. Otro dato que no confunde a la izquierda: la negativa de Pedro Sánchez a celebrar un referéndum para preguntar al pueblo si prefiere monarquía o república ya sabemos que es una opción a futuro que ni siquiera se plantea en una posible reforma de la Constitución que, por otro lado, seguro que está siendo ya cocinada por PP y PSOE entre plato y plato, servidos en algunos reservados de restaurantes de postín.

Hace años que los partidos socialdemócratas europeos han dejado de representar los intereses de la clase obrera, decantándose por los de las clases medias, en competición electoral directa con la derecha conservadora o liberal. Yo siempre digo que en España tenemos una opción liberal-conservadora, que es el PP, y una opción liberal-social, que es el PSOE. Y creo que la elección de Pedro Sánchez ratifica esta división y clarifica aún más el panorama a la izquierda del PSOE. Ahora está por ver qué otro pacto secreto firman PP y PSOE para apuntalar el bipartidismo y frenar el avance de los partidos minoritarios. Se oyen rumores de adelanto electoral para noviembre, aprovechando los tímidos buenos datos macroeconómicos que exhibe el Gobierno y el poco tiempo que tendrían tanto PSOE como Podemos para consolidar a sus nuevos líderes como carteles para unas elecciones generales. La apuesta de IU por renovar también a sus dirigentes, cediendo el testigo al joven diputado Alberto Garzón, pone en un aprieto al PP ya que Rajoy sería el cartel electoral más vetusto. De ahí los rumores de un posible aterrizaje de Núñez Feijoo en Madrid e, incluso, de una sorpresiva retirada de Rajoy de la política.

Todo es posible en este reino de la improvisación en que se ha convertido últimamente España. Lo hemos visto con la abdicación de Juan Carlos I y la proclamación de Felipe VI. Ha salido bien y, por tanto, cualquier otra improvisión seguro que no asusta a los dirigentes del PP y del PSOE, por el bien de España -es decir, por el bien de sus financieros y grandes empresarios-. Un adelanto electoral a noviembre evitaría dos tensiones por partida doble -el referéndum secesionista catalán y las elecciones primarias en el PSOE- pero consolidaría el tirón de Pablo Iglesias que, gracias a la campaña de insultos y difamaciones que está recibiendo, crece en simpatizantes y colaboradores, lo que anuncia unos cuantos escaños para Podemos en el Congreso de los Diputados.  

El adelanto electoral lo tendrá que sopesar Rajoy pero, sin duda, en esa reflexión contará con la opinión del líder del PSOE, al que no le vendría bien del todo apresurarse a unas elecciones generales en noviembre, sobre todo porque es diputado y puede enfrentarse ya a Rajoy en el Congreso e ir dando a conocer su alternativa a un año vista de las elecciones generales, si se respeta el calendario. Un adelanto electoral, además, frenaría la reforma constitucional pero, ahí, PP y PSOE tendrán que valorar si les interesa más negociarla ahora -que tienen mayoría cualificada- y someterla el año que viene a ratificación en unas nuevas Cortes menos bipartidistas, o arriesgarse a negociarla a partir de noviembre, ya con esas Cortes probablemente menos bipartidas, abriendo el debate constitucional a más partidos. Esta última opción obligaría a disolver de nuevo las Cortes, una vez aprobada la reforma constitucional, y a elegir unas Cortes nuevas, que la tendrían que ratificar. Ninguna de las dos opciones son del gusto de los dos grandes partidos, pero tendrán que elegir la menos mala para sus intereses porque, o se reforma la Constitución, o este país encalla para muchos años. Sea como fuere, el rumor de que Carme Chacón se puede integrar ahora en la Ejecutiva de Pedro Sánchez es el dato que más me hace sospechar que los rumores de adelanto electoral para noviembre sean ya indicios, porque esa colaboración de Chacón con Sánchez podría indicar que no va a haber primarias en el PSOE para elegir candidato a La Moncloa. Ya veremos...

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